NUESTRO LUGAR EN EL MUNDO

"Un lugar donde quedarse" es el último film del director Sam Mendes, autor de las magistrales radiografías de la sociedad acomodada americana "American Beauty" y "Revolutionary Road", que nos propone aquí una historia intimista sobre una pareja algo contracultural que debe pasar a la etapa de la madurez en su vida, en un fallido intento del director en la incursión en el cine "indie" intelectualoide, con presupuesto ajustado y a ritmo de "road-movie" y tonadas "folk", un resbalón en su carrera.

Cuando Burt y Verona descubren que están a punto de tener un niño, sufren una crisis de pánico. No soportan el pueblo donde viven, y ahora que los padres de Burt se mudan de allí, pierden el sistema de apoyo con el que contaban. Deciden emprender un viaje en busca del sitio ideal para echar raíces y criar un niño. De paso, visitan a una serie de parientes y amigos. Algunos son absolutos excéntricos, otros son conmovedores, pero todos ayudarán a Burt y a Verona a encontrar su destino.

La película se podría definir como un híbrido entre comedia costumbrista y drama intimista, pero sorprendentemente Mendes nunca logra el tono adecuado al film y ni las partes cómicas resultan graciosas ni las partes dramáticas emocionantes. Muchos de los personajes son estereotipos llevados al extremo que no benefician en nada a la credibilidad de la historia y sólo momentos puntuales como la cena con los padres del protagonista o el momento "carrito" consiguen esbozar una sonrisa en nuestro rostro. Los personajes protagonistas tampoco consiguen que empaticemos por completo con ellos, pese al correcto trabajo actoral, y un generalizado bostezo se apodera pronto del espectador en un producto que daba más de sí.

Lo mejor de la película es el trabajo que Mendes realiza en la puesta en escena, como siempre brillante, también la fotografía, los encuadres y la banda sonora se encuentran entre las mayores virtudes de un film a ratos simpático, visualmente bello, pero que no consigue atraparnos en ningún momento pese a sus buenas intenciones y la reflexión de que por mucho que busquemos fuera la felicidad está en nuestro interior.

U.C. (Daniel Farriol)